
La vida no es una sola imagen estática, ni mucho menos una fotografía perfecta. Es un video. Uno continuo. Uno que no se detiene. A veces borroso, otras veces bien enfocado. A veces con buena luz, a veces con mucho ruido. Pero siempre en movimiento.
Cuando nací, ya no tenía abuelos por parte de padre. Era una parte del álbum familiar que nunca pude hojear con vida. Más adelante, siendo aún joven, me tocó despedir también a mis abuelos maternos. Con ellos se fueron muchas historias, muchas voces y muchas miradas que marcaron a quienes me formaron. Y hoy, el video continúa rodando sin la presencia física de mi madre y mi padre. Ambos descansan en paz, en un lugar que el corazón guarda y que la memoria revive con cariño.
A veces me detengo a pensar: ¿cuándo fue que pasamos del retrato al recuerdo? ¿Cómo fue que esa fotografía dejó de repetirse para convertirse en una escena cerrada, en un capítulo concluido? Y entonces entiendo que no es que se hayan detenido, es que el video de la vida sigue reproduciéndose. Porque así es esto: una sucesión de momentos que, vistos desde lejos, forman una historia. Como dice el lema de este blog: la vida es una historia.
Y sí, hay tomas que duelen. Hay otras que abrazan. Hay muchas que no entendemos hasta que pasa el tiempo. Pero todas cuentan. Todas suman. Por eso hoy, aunque no tenga abuelos ni padres, reconozco que me dejaron mucho más que su ausencia. Me dejaron tíos que se convirtieron en pilares, sobrinos que llenan espacios con luz nueva, amistades verdaderas que no tienen apellido pero sí presencia constante. Todos ellos participan de esta película que sigo protagonizando, a veces con más certezas que otras, pero siempre agradecido por cada toma.
El llamado que quiero dejarte con estas líneas es simple: disfruta cada fotografía que se convierte en parte del video de tu vida. No te detengas demasiado en ninguna. No intentes rebobinar lo que ya fue. Da gracias por lo vivido, por quienes estuvieron, y también por quienes aún siguen. Porque al final, la belleza está en reconocer que este video no lo hacemos solos. Se graba en compañía. Y aunque haya escenas donde parece que falta alguien, siempre hay alguien más que entra en cuadro justo a tiempo.
Sigue grabando. Sigue viviendo. Que el video continúe.
Hermosas y acertadas palabras