
Hay un tipo de mensaje que aparece con frecuencia en redes sociales:
«Yo no necesito aprobación de nadie.»
«No me dejo llevar del sistema.»
«Yo no vivo para likes.»
Curiosamente, esas frases no se gritan en silencio. Se escriben, se publican y se comparten… en el mismo entorno donde supuestamente no buscan validación. Y aunque puede parecer contradictorio, detrás de esa necesidad de decir que “no necesito” hay razones humanas, sociales y hasta evolutivas.
Aclaro desde el inicio: no soy psicólogo ni escribo esto desde un púlpito académico. Simplemente observo e investigo las razones de ciertos comportamientos, como quien desarma un reloj para entender por qué suena.
📍 1. La paradoja de la autoafirmación
Según la teoría de la autoafirmación desarrollada por Claude Steele (1988), cuando las personas sienten que su identidad está siendo amenazada o puesta en duda, tienden a reafirmar lo que creen de sí mismas.
Decir públicamente «yo no necesito validación» puede ser una forma de proteger una imagen interna de independencia o fortaleza, sobre todo si esa imagen se siente en riesgo.
🪞 2. Validación… pero en otro formato
Publicar que no se busca validación es, en sí, una forma de buscarla.
No se trata del aplauso tradicional, sino de un tipo de validación moral o intelectual:
“Mírenme, no soy como los demás.”
Esto se relaciona con lo que los psicólogos sociales llaman señalización moral (moral signaling), según investigaciones como las de Jillian Jordan y David Rand (2018), que indican que muchas veces expresamos creencias no solo porque las tenemos, sino porque queremos ser vistos como personas que las tienen.
🔮 3. La necesidad de construir una identidad
En el entorno digital, todos somos curadores de nuestra propia marca personal. Aunque algunos lo hacen mostrando lujos o viajes, otros lo hacen mostrando que no necesitan mostrar.
Esto responde a una necesidad de coherencia narrativa. Según Dan McAdams (2001), las personas construimos historias sobre quiénes somos, y esas historias necesitan ser compartidas para existir. Decir «yo estoy despierto del sistema» es una forma de escribir un capítulo más en esa historia de identidad.
🧠 4. Sesgo de superioridad
Aunque no siempre es consciente, muchos de estos discursos traen consigo una comparación implícita:
“Yo ya me di cuenta. Tú todavía no.”
Este patrón encaja con lo que la psicología llama el efecto del falso consenso o incluso el sesgo de superioridad ilusoria (Kruger & Dunning, 1999), donde las personas sobreestiman su capacidad o nivel de conciencia en relación con los demás.
🤝 5. Pertenecer… incluso si es a la tribu de los que no pertenecen
Rechazar el sistema también puede convertirse en parte de un sistema. Es decir, la contracultura también es cultura.
Al publicar ese tipo de mensajes, muchos no están buscando quedarse solos, sino encontrar a otros que piensen igual. Porque aunque digamos que no necesitamos a nadie, seguimos siendo seres profundamente sociales (Baumeister & Leary, 1995).
🎯 Reflexión final
¿Significa esto que quienes dicen no necesitar aprobación están mintiendo? No necesariamente. Puede que lo sientan de corazón. Pero eso no impide que, como seres humanos, tengamos impulsos complejos y contradictorios.
A veces decimos que no nos importa lo que piensen los demás… pero necesitamos que lo sepan.
Como dije antes, no escribo esto como experto, sino como quien observa. Porque a veces, entendernos un poco más es el primer paso para hablarnos con más honestidad.