noviembre 22, 2025
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Cada cierto tiempo, toca revisar y soltar lo que ya no sirve.

Hay una regla silenciosa en muchas casas: los jueves se saca la basura. No importa si llueve o hay visita; ese día, las fundas salen. Es un acto rutinario, casi automático, pero detrás de él hay una filosofía poderosa: mantener el espacio limpio para poder habitarlo con claridad.

Y así como sacamos la basura física, también deberíamos aprender a sacar la basura mental y emocional.

La acumulación invisible

Con los días, acumulamos pensamientos como se acumulan los envases vacíos: críticas que escuchamos, comparaciones, culpas, expectativas ajenas. Todo eso ocupa espacio en el sistema operativo de nuestra mente.

Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía y autor de Pensar rápido, pensar despacio, explicaba que nuestro cerebro opera en dos modos:

  • El Sistema 1, rápido, intuitivo y emocional.
  • El Sistema 2, lento, deliberado y racional.

Cuando no hacemos “limpieza mental”, el Sistema 1 toma el control. Reacciona en automático, decide desde la emoción, y nos hace creer que estamos pensando… cuando en realidad solo estamos repitiendo. Limpiar la mente, entonces, es darle espacio al Sistema 2 para respirar, analizar y decidir con conciencia.

Goleman y la basura emocional

Daniel Goleman, el autor de Inteligencia Emocional, habla de la autoconciencia como la primera habilidad del liderazgo personal. Saber lo que sentimos, reconocer por qué lo sentimos, y entender cómo eso afecta lo que hacemos.

Pero si no nos revisamos con frecuencia, esa autoconciencia se entierra bajo capas de emociones no procesadas. En palabras simples: no sabemos por qué estamos irritables, ansiosos o desmotivados… igual que no sabemos de dónde viene el mal olor en la casa cuando hace semanas no sacamos la basura.

Cada cierto tiempo hay que detenerse y decir:

“¿Qué cosas sigo cargando que ya no me ayudan?”

A veces no son personas, sino pensamientos.
No son objetos, sino culpas.
No son errores, sino versiones pasadas de uno mismo que ya cumplieron su papel.

El ritual de los jueves

Sacar la basura no es un castigo; es un ritual de renovación. Implica revisar, seleccionar y soltar. No todo lo que entra a nuestra vida merece quedarse.

Un “jueves mental” puede significar:

  • Revisar tus creencias: ¿siguen siendo útiles o solo ocupan espacio?
  • Soltar la autocrítica: muchas veces no es mejora, sino auto sabotaje disfrazado.
  • Cerrar ciclos: incluso los pequeños, como dejar de seguir cuentas que te comparan o conversaciones que te drenan.

Porque la basura no se saca sola. Hay que decidir.

🌱 Espacio para lo nuevo

Cada vez que limpiamos, algo se libera. Y ese vacío no es pérdida: es espacio disponible.
El Sistema 2 —ese que Kahneman describe como el que realmente piensa— necesita espacio libre para funcionar. Y la autoconciencia emocional que menciona Goleman florece solo en un entorno interior despejado.

Así que, aunque suene trivial, recordarlo puede cambiar mucho más que una casa:

“Los jueves se saca la basura.”

Y no hablo solo de la del zafacón.

1 comentario en «Los jueves se saca la basura…»

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